Por Josue Muñoz

Cuando hablamos del Espíritu Santo y de la manifestación de Dios a través de milagros, lo peor que podemos pensar es que hay límites. “No hay límites. Y cuando creés que Dios actúa paso A, paso B, paso C, déjame decirte: te equivocaste de Dios” . Él no sigue procesos humanos; nosotros somos quienes debemos someternos a Su voluntad. “Dios hace lo que Él quiere, porque Él es Dios. Lo hace en el momento que Él quiere, porque Él es Dios” .

Dios puede obrar en lo que para nosotros es imposible: sanar enfermedades terminales, restaurar familias o cumplir sueños que parecen inalcanzables. “Vengo a hablarte de un Dios que puede todo lo que no podés” . Un milagro, según la Real Academia Española, es “un hecho no explicable por las leyes naturales, atribuido a una intervención sobrenatural” . La fe genuina no se basa en métodos humanos, sino en la soberanía divina.

El Peligro del Intelecto vs. la Humildad Espiritual:
“cuidado porque los más inteligentes tendemos a ser los más torpes en las cosas espirituales” . Los milagros no dependen de nuestra capacidad, sino de nuestra disposición a rendirnos ante Dios. “Señor, no sé nada. Vengo como alguien que no se puede defender. Haz lo que quieras” . La iglesia ha aprendido a orar, estudiar la Palabra y buscar al Espíritu Santo; ahora, “vienen milagros portentosos: sanidades, liberaciones y restauraciones que dejarán boquiabiertos a muchos”

Los Dos Grupos Frente a los Milagros:
En cada milagro bíblico —como el hijo pródigo, la viuda de Sarepta o el sordomudo— hay dos grupos:

1. Los que celebran el milagro (como el hijo pródigo que regresa al Padre).
2. Los que cuestionan el método (como el hermano mayor que juzga). “¿Qué importa más: el milagro o el método? Lo importante es el milagro, no el método” . Jesús sanó escupiendo (Marcos 7:33) o usando lodo (Juan 9:6), métodos que hoy serían criticados. “El grupo dos no soportaría los milagros de Jesús” .

Prepárate para lo Sobrenatural
“Vienen tiempos de milagros a esta iglesia: sanidades poderosas, restauraciones familiares y conversiones radicales” . Dios no está limitado por nuestras expectativas. Si necesitas un milagro, declara hoy: “Señor, no me importa el método. Hazlo como Tú quieras”. Como dijo el exciego: “Una cosa sé: yo era ciego, y ahora veo” (Juan 9:25).

¿Estás listo para ser parte del Grupo Uno —el que cree, agradece y multiplica los milagros— o seguirás en el Grupo Dos —el que juzga y se pierde lo sobrenatural? “El milagro más grande es que Dios cambie vidas. ¡Eso es poder!” .