Serie: La Verdadera Santidad:
Por Estuardo Solares
Más que Reglas, un Corazón Transformado
“No te conformes con ser ‘moral’. Anhela la santidad que solo se encuentra en la presencia de Dios. Él te purificará, te llenará de Su gloria y te usará para Su reino”.
¿Qué es santidad? Para muchos, esta palabra evoca imágenes de restricciones, listas de prohibiciones o un estándar inalcanzable. Pero la Biblia revela algo más profundo: la santidad es ser apartados para Dios, reflejando Su carácter en cada área de nuestra vida (1 Pedro 1:15-16).
La Santidad de Dios: El Fundamento
Dios no es solo amor, misericordia o poder. Su santidad es el atributo que da sentido a todos los demás (Isaías 6:3). Sin santidad, Su omnipotencia sería temible, Su misericordia permisiva y Su justicia implacable. Pero Él es “santo, santo, santo”, y nos llama a ser santos como Él es santo (1 Pedro 1:16).
Santidad ≠ Moralidad o Religiosidad
La santidad bíblica no se reduce a normas externas (“no toques, no pruebes”). Es un cambio radical de corazón (Colosenses 2:20-23). Puedes seguir reglas y aún así estar lejos de Dios, como Israel con el becerro de oro (Éxodo 32).
La diferencia:
- Religiosidad: Cumplir reglas por obligación.
- Santidad: Vivir en intimidad con Dios, siendo transformados por Su Espíritu (2 Corintios 3:18).
El Secreto: La Presencia de Dios
Moisés bajó del monte Sinaí con su rostro resplandeciente después de estar en la presencia de Dios (Éxodo 34:29-30). La verdadera santidad nace en Su presencia, no en esfuerzos humanos.
¿Cómo lograrlo?
Ejemplo: Imita a Jesús, quien vivió en santidad “lleno de gracia y verdad” (Juan 1:14).
Rendición: “Señor, quiero ser exclusivamente tuyo” (Salmo 27:4).
Dependencia: Deja que el Espíritu Santo transforme tus deseos más profundos.