Por Ivonne de Solares

En nuestra vida, las personas nos conocen por ciertas características. Algunos son reconocidos por su responsabilidad, otros por su generosidad, y algunos, lamentablemente, por actitudes negativas. Pero más importante que lo que digan los demás es lo que Dios dice de nosotros. ¿Cómo nos describe Él? La Biblia nos muestra varios ejemplos de personas de las que Dios habló con orgullo, amor y, en algunos casos, incluso con dolor.

Dios Habla de Sus Amigos

En Santiago 2:23, Dios llama a Abraham “amigo de Dios”. Esta amistad se ve reflejada en Génesis 18, cuando el Señor visita a Abraham y le dice: “¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?” (Génesis 18:17). Dios no ocultó Sus planes a Abraham porque confiaba en él, sabía que guiaría a su familia en justicia (Génesis 18:19). Esta relación era tan cercana que Abraham incluso intercedió por Sodoma, negociando con Dios para salvarla (Génesis 18:23-32).

Dios Habla de Sus Siervos Fieles

En Job 1:8, Dios habla con orgullo de Job: “¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. A pesar de que Satanás argumentó que Job solo servía a Dios por Sus bendiciones (Job 1:9-11), Job demostró su fidelidad al adorar a Dios incluso en medio de la pérdida total (Job 1:20-21). Más adelante, cuando fue probado con enfermedad, su esposa le dijo: “Maldice a Dios y muérete”, pero Job respondió: “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” (Job 2:9-10). Su integridad hizo que Dios lo vindicara y lo bendijera aún más (Job 42:10-17).

Dios Habla de Sus Amados

En Daniel 9:23, el ángel Gabriel le dice a Daniel: “Tú eres muy amado”. Mientras Daniel oraba por su pueblo, Dios ya había enviado la respuesta porque valoraba su intercesión. Esto nos muestra que nuestras oraciones no pasan desapercibidas; Dios escucha y actúa a favor de los que ama.

Dios Habla de Nuestras Oraciones y Ofrendas

En Hechos 10:4, un ángel le dice a Cornelio: “Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios”. Cornelio, aunque no era judío, era un hombre piadoso y generoso. Su vida de oración y ayuda a los necesitados movió el corazón de Dios, llevando salvación a su casa (Hechos 10:44-48).

Dios También Habla con Dolor

No todo lo que Dios dice de nosotros es positivo. En 1 Samuel 15:10-11, el Señor declara: “Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí y no ha cumplido mis palabras”. Saúl prefirió complacer a la gente antes que obedecer a Dios (1 Samuel 15:24). De igual manera, en Isaías 1:2-3, Dios reprende a Israel: “Crié hijos y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí”.

Conclusión: ¿Qué Dice Dios de Ti?

Jesús prometió en Apocalipsis 3:5: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles”. Hoy, al recordar la Santa Cena, reflexionemos: ¿Qué está diciendo Dios de mí? ¿Soy como Abraham, un amigo de Dios? ¿Como Job, un siervo fiel en las pruebas? ¿Como Daniel, un intercesor amado? ¿O como Saúl, que desobedeció y causó dolor al corazón de Dios?

Dios nos ha dado una nueva identidad en Cristo. Ya no importa cómo nos llamaban antes; ahora somos hijos de Dios, amados y redimidos. Que nuestra vida hable de Él, para que cuando Él hable de nosotros, lo haga con la alegría un padre honrado por un hijo obediente y apartado para el.